Llegó el día que había planeado para pedirle oficialmente a mi novia que empezáramos a salir, y tenía en mente llevarla a ver un atardecer. Mi idea era esperar a que el sol comenzara a esconderse en el horizonte para hacerle la gran pregunta. Quedamos ese martes en nuestro lugar habitual de encuentro: debajo del puente que cruza las vías de la estación de Coslada. Yo llegué con un ramo de flores escondido detrás de mí, y ella no se dio cuenta. Fue durante nuestro abrazo que coloqué el ramo detrás de ella, y al terminar de abrazarnos, lo vio. Su reacción fue quedarse en blanco, sin saber cómo reaccionar; me dio otro abrazo, esta vez aún más fuerte, y me sugirió que fuéramos a su casa a dejar las flores, ya que no quería que se estropearan.

Después de dejar el ramo en su casa, nos dirigimos al Parque de las Siete Tetas, el lugar que había elegido para ver el atardecer juntos y donde planeaba proponerle ser mi novia. Ambos estábamos muy nerviosos, uno más que otro, pues ella se puso nerviosa por el ramo de flores y lo que sus padres le dijeron al subir a casa, ya que le habían dado una pista de lo que podría suceder. Nos sentamos y comenzamos a hablar tranquilamente. Cuando el sol empezó a ponerse, supe que era el momento perfecto. Con el corazón acelerado, le hice un pequeño discurso sobre todos los momentos hermosos que habíamos compartido y lo mucho que significaba para mí. Finalmente, le pregunté si quería ser mi novia.

Ella no lo pensó ni un segundo; me miró con los ojos llenos de lágrimas y me dio un "Sí" muy sincero. Luego de eso, me abrazó, y ese fue nuestro primer abrazo como novios. Continuamos la tarde grabando videos, compartiendo risas, y nos dimos nuestro primer beso, un momento mágico que ninguno de los dos olvidará. Cuando empezó a oscurecer, recogimos nuestras cosas y comenzamos a caminar de regreso. Fue la primera vez que anduvimos de la mano como pareja, y debo decir que la sensación fue increíble, como si todo encajara perfectamente.

Cuando ella llegó a casa, sus padres ya intuían lo que había pasado y se alegraron muchísimo por ella y por mí. Fue un día inolvidable, lleno de emociones y momentos que marcaron el comienzo de una nueva etapa en nuestra historia de amor.